-
La Enciclopedia.
La Enciclopedia. ¿Sabes qué es esa foto? Una enciclopedia. La enciclopedia de un hombre que amaba al conocimiento más que a cualquier otra cosa en este mundo. Mi abuelo. Un ingeniero arquitecto, guapísimo, ojos verdes, todo eso en los años sesenta… ¡Partidazo!, dirías. Robó el corazón a la artista de mi abuela durante un viaje en tren.
Lo sabía todo, hasta la moneda de Kiribati. Aparecía en el salón para hacerte una especie de examen, por ejemplo, de la historia de los regímenes políticos de todos los países de África, así, sin anestesia, un domingo por la mañana. Siempre ganaba. Vivía para ganar la competición. Aunque nunca llegué a entender con quién competía. La abuela no estaba al nivel de competir porque ‘solamente’ pintaba cuadros. Siempre apuntaba algo en su desgastado cuaderno, siempre repasaba las notas, siempre estaba tenso para que no se le olvidase nada, siempre ahorraba dinero. Nunca le veía satisfecho, ni feliz. Miento, era feliz cuando nos enseñaba cómo crecían sus tomates y sus ciruelas (curiosamente, lo sencillo). Sabía tanto que no sabía decir te quiero. Sabía tanto que no sabía abrazar. Sabía tanto que podía comerse el mundo, sin embargo, fue el mundo el que se lo comió a él.
Se fue hace unos meses dejando una triste reflexión que nadie se atreve decir en voz alta, que se fue un pobre hombre. Y que no pasó nada. La enciclopedia acabó en la basura.
Hoy me desperté pensando en ti, abuelo. Ya sé que competías contigo mismo, con tus sueños rotos de ser “algo más de lo que eras”. Quiero que sepas que eras lo suficiente. Y sé que nos querías. Y sé por la abuela que estabas muy orgulloso de mi trayectoria, de que estudié en el extranjero y me fue bien (a pesar de no conocer todas las divisas del mundo), aunque cuando me veías se te atragantaban las palabras. Y yo sí aprendí contigo, abuelo. Aprendí que no somos nuestra carrera universitaria, no somos lo que sabemos, ni lo guapos que somos, ni lo que tenemos. Somos lo que hacemos sentir a otros. Y mientras estos sentimientos y recuerdos de otros estén vivos, estamos vivos nosotros. Ni un día más. Y, afortunadamente, ni un día menos.
Espero que allá donde estés, ya estés más tranquilo, aun sabiendo que no te dio tiempo a aprenderlo todo.
Porque no pasa nada.Grus.
-
5 años.
12 de abril, un domingo lluvioso, hace 5 años. Llegué a España para quedarme. Aunque en aquel momento pensaba que solo iban a ser unos 10 meses que suponía durar la baja maternal que venía a cubrir. Yo, apenas hablando español, viniendo de Londres, casi recién salida del horno universitario, no conocía a nadie. Pero, sobre todo, no conocía a mí misma. Para un buen comienzo, de vecinos me tocaron unos mafiosos rusos y sus celosas novias, muy locas. Muy loco todo. También me tocó el verano más caluroso desde el año 1915 y la falta del aire acondicionado. !Después de esto, parecía que todo podía ser simplemente más fácil!
¡Pues no ha llovido desde entonces! 5 años, 5 mudanzas, docenas de personas irrepetibles, unas cuantas historias para contar a los nietos, y algunas otras para no contárselas a nadie. Ahora, recién instalada en Madrid, tal y como quería, acabo de conocer a mi primer vecino, el coronavirus. !Apuesto lo que quieras que yo me quedaré más tiempo!
A pesar de todo, siento que el 2020 va a ser un año de gran progreso. Toca crecer desde la adversidad. Y, de nuevo, aprender un poquito más sobre uno mismo. Y aprender un poco más en general. Y exigirse un poco más, que siempre se puede., ¡siempre! Y tal vez soñar algo menos, aunque cueste. Y ejecutar.
Predisposición y ganas.
La Grusky. -
Tata. / Papá.
(en español abajo)
Tata. Kończy dziś 66 lat i zachęca do refleksji… Z upływem czasu zdaję sobie sprawę, że to jemu w dużej mierze zawdzięczam to jak postrzegam świat i siebie w nim.
Zawsze byłyśmy my trzy i On. Nigdy ale to nigdy nie powiedział, że czegoś nie będziemy robić bo jesteśmy dziewczynami. Wręcz przeciwnie. To my, ku zazdrości kolegów z ulicy, miałyśmy najlepsze karabin-zabawki, które przywiózł nam od ruskich w 92 roku. Grał ze mną w piłkę na podwórku mimo iż nie umiałam grać. Nauczył mnie grać w piłkę siatkową i namówił mamę na poświęcenie części ogrodu, żeby pomóc mi zbudować prawdziwe boisko do siatkówki. Nosiliśmy wspólnie rury do spawacza, malowaliśmy je i załatwialiśmy sieci rybackie i liny, żeby stworzyć siatkę ( nie nie, tam nic nie było z Decathlonu!). Jak boisko stanęło, organizowaliśmy rozgrywki i przychodziło mnóstwo moich kolegów, a tata zawsze kiedy mógł grał z nami. Cóż to były za piękne czasy! Zawsze się śmialiśmy, że nigdy nie musiałam zabiegać o chłopców bo sami do mnie przychodzili i to grupami!
Zabierał mnie, żeby jeździć maluchem po lesie odkąd tylko mogłam dosięgać pedałów. Zdarzyło mi się nawet kręcić kółka traktorem. Jak skończyłam 15 lat, kazał mi zrobić sobie kartę moto-rowerową i kupił mi motor- starego Rometa. Byłam jedyną dziewczynką, która na czymś takim jeździła.Pamiętam jak poprosił nas raz, żebyśmy pomogły mu układać drogę z gruzu nad staw. Nie wiem czy mając 13 lat byłam dobra w rozbijaniu gruzu ale chyba nigdy nie byłam z siebie bardziej dumna czując, że my też jesteśmy w stanie pomagać mu w pracach fizycznych. Pewnie taki był właśnie cel tego dnia…
Jednej zimy rozkręcił szafy w piwnicy, żeby wstawić stół do ping-ponga. Mama nie była zachwycona ale jej przeszło. A my nieumęczenie graliśmy wieczorami, aż się nauczyłam. Nigdy nie udowadniał, że jest w czymś lepszy, udawał, że z nami rywalizował, ale tak naprawdę to uwielbiał, jak któraś z nas go ogrywała.
Jest najlepszym obserwatorem jakiego znam. Zawsze ma czas na rozmowy, na nasze smutki i radości, na uważne słuchanie, wyciąganie wniosków i dowartościowywanie wszystkich swoich dziewczyn. Teraz ma nas już pięć bo robi dokładnie to samo ze swoimi wnuczkami. Mówi, żeby się nad sobą za bardzo nie rozczulać, ale nigdy nie mówi, że nie należy sobie popłakać. Sam wzrusza się do łez, tak łatwo zresztą jak ja, co ja właśnie nazywam męskością w pełnej klasie.
Ah, co by z nas było gdyby nie Ty Waldeczku! Dzięki za bycie takim zwyczajnym niezwyczajnym tatą.__________________________________________________________
Papá.
Papá hoy cumple 66 años y me anima a la reflexión… Con el paso del tiempo, cada vez me doy más cuenta que le debo una gran parte de cómo veo el mundo y a mí misma.
En casa siempre éramos tres chicas y él jamás dejó de hacer cosas con nosotras porque “no eran de chicas”. Todo lo contrario. Nos enseñaba que los estereotipos existen para tener todavía más placer en hacer lo contrario. Mi hermana y yo, a pesar de los celos de nuestros amigos, teníamos los mejores juguetes de rifles que nos trajo de Rusia en año 92. Toda la calle quería jugar con nosotras. Jugaba al fútbol conmigo a pesar de que no sabía jugar y me animaba a atreverme a ir a jugar con los chicos al prado. Me enseñó a jugar al voleibol y propuso a mi madre que utilizáramos una parte del jardín y me ayudaran a construir un verdadero campo de voleibol. La construcción duró varios días y me enseño que lo más bonito no es lo que es más fácil. Llevamos las tuberías metálicas atadas a mi bicicleta al soldador más barato a la otra punta del pueblo porque lo pagaba con mis ahorros. Era Julio y hacía un calor insoportable. Luego, las pintamos y clavamos en la tierra. Mi padre me consiguió las redes y las cuerdas de un pescador y con eso montamos la red. ¡Quedó fenomenal! Venían mis amigos, organizábamos campeonatos y mi padre jugaba con nosotros cuando podía. Mi jardín se convirtió en el punto de encuentro estival de los jóvenes y todos estaban contentos de ser mis amigos porque podían venir a jugar. ¡Qué buenos tiempos aquellos!
Me llevaba a conducir al bosque desde el momento en que alcancé a los pedales y a hacer piruetas con el tractor en un prado. Cuando cumplí 15 años, lo primero que hice fue una tarjeta de bici-moto y me compró un motor “Romet 205”. Era la única chica que montaba en algo así.
Recuerdo que una vez nos pidió que le ayudáramos a arreglar el camino que llevaba al lago con unos escombros. No sé si con 13 años mi trabajo aportaba gran cosa pero pocas veces he estado más orgullosa de mí misma sintiendo que nosotras también éramos capaces de ayudarle con los trabajos físicos. Probablemente ése era el objetivo principal de mi padre…
Un invierno, desmontó un enorme armario del sótano para meter una mesa de ping-pong. Jugábamos todas las tardes horas y horas hasta que aprendí. Nunca quería demostrar que era mejor en algo. Pretendía que competía con nosotras pero realmente le encantaba cuando una de nosotras le ganaba.
Mi padre es el mejor observador que conozco. Siempre tiene tiempo para conversar, para nuestras penas y alegrías, para escuchar con atención, sacar conclusiones y subir la autoestima a todas sus chicas. Hoy en día, ya somos cinco porque hace exactamente lo mismo con sus dos nietas. Siempre te dice que no te lastimes a ti mismo pero nunca dice que no debas llorar. Él mismo se emociona hasta las lágrimas tan fácilmente como yo, por cierto. Eso es lo que yo llamo ser un hombre de verdad, una persona de verdad. ¿Qué sería de nosotras sin ti mi Waldi!
la Grusky
-
De nuevo y un año más. El día de la mujer.
8 de marzo. Uno de los días más simpáticos en la cultura de mi país. ¿Por qué? Por una desenfadada tradición de regalar flores a las mujeres. A tu compañera, a tu pareja, a la peluquera, a la persona que limpia la calle enfrente de tu portal cada miércoles, a las amigas de tu abuela, a cualquier chica que aprecias por una razón u otra. Y tú, mujer, acabas el día con un ramo de tulipanes sueltos y de diferentes colores regalados por desconocidos en la calle, hermanos, cuñados, el señor de la ORA o aquellos amigos tímidos de la clase que por una vez se pueden mostrar sin exponerse al ridículo y hacerte sonreír. Mola. Mola mucho.
¿ A quién de nosotras no le gusta sentirse mujer? Sentir que te cuidan, que te dejan en la puerta y esperan hasta que abres el portal por si acaso, sentir que te adoran, que te miran imperceptiblemente, que te sonríen al llegar, al pasar, al saludar. Sentir que generas emociones. Y no, no es vanidad. Es saber disfrutar de los destellos de gracia y bondad que generamos las mujeres por NO SER IGUALES, aunque a veces no queramos o no sepamos verlo.
Hace un año, tras escribir el artículo “Para Las Mujeres”, durante un tiempo me tenía que enfrentar a un cierto aislamiento social por parte de un grupo de personas de mi entorno por el “pecado” de atreverme a tener un punto de vista diferente, renunciando a la tiranía de lo políticamente correcto que no sirve para nada más que para aumentar la mediocridad de las personas, por cometer el “grave error” de animar a la reflexión a los que no quieren mirar hacia dentro jamás porque es más incómodo. Creedme, sé que lo es. Sin juzgar a nadie, sin comparar nadie con nadie, sin hablar mal de nadie, por decir que nuestros fracasos son responsabilidad nuestra, igual que nuestros logros, porque creo en eso firmemente, ergo, por ser alguien diferente.Lo viví en silencio, con la cabeza bien alta y una sonrisa. Un año más tarde me reafirmo en todas y cada una de las palabras de ese texto. Un año más tarde, me siento mucho más madura y más mujer que chica y, más que nunca, segura de que lo último que quiero en esta vida es convertirme en una mediocre y una “etcétera” con el único fin de complacer a los demás.
Aunque soy muy consciente que el problema existe y a veces es muy grave y hay que actuar, en unos sitios más que en otros, yo en primera persona, gracias a Dios, sigo sin experimentar ningún acto de machismo. Tal vez lo veo todo con buenos ojos por la fuerza de creer que en las circunstancias actuales no hay quien me pueda prohibir pensar y razonar a mi manera ni quien pueda quitarme el derecho de reírme, de vivir plenamente, de plantarle cara a la vida, de ser intensa y decir las cosas a la cara, de trabajar mis éxitos y conseguirlos. Sea hombre o sea mujer.Finjo mal. Siento a flor de piel o no siento nada. Aunque a ratos intento ir con el freno de mano echado, al final no me sale porque mi naturaleza no es la de vivir a medias y seguir manuales. Aunque he tardado muchos años en entenderlo, en entenderme….
Un año más tarde, ya no tengo miedo a que me critiquen y no paso mucho tiempo analizando lo que los demás puedan pensar de mi por ser yo. ¿Sabéis por qué? Porque cuando se acaba el día y me miro al espejo antes de acostarme, veo una persona que no intentó perjudicar ni hacer daño a nadie durante el día, que no se aprovechó de ninguna circunstancia ni puso ninguna trampa para poder lucirse y esconder sus inseguridades. Y, cuando duermo, descanso. Y, cuando me despierto, veo a una persona imperfecta pero que me cae bien, y que tiene ganas de encontrar gente cuando baje a la calle, buscando su coche que, una vez más, no se acuerda donde narices lo dejó aparcado.
Algunos que me conocen bien dicen que tengo un punto de hombre, tal vez por tener mi padre como ídolo, y, al mismo tiempo, todos ellos saben tratarme como lo que soy, una mujer.
Seamos hombres o seamos mujeres, somos personas. Personas con sueños, ilusiones, ventajas, desventajas, con nuestros placeres y nuestras preocupaciones, personas guapas, personas feas. Y, como personas, elegimos entre ser gente buena o ser gente mala, luchadora o mediocre, gente que se “come el ego con patatas y una cerveza fresca” o que deja a ese ego devorar su personalidad por unas insanas ambiciones. Gente egoísta o gente que se entrega a los demás hasta las entrañas sin esperar nada a cambio, malos y buenos padres y madres, gente que sabe querer bien o gente que se considera con pleno derecho sobre las personas que dice querer.
Elegimos ser “istas” u “osos”. Machistas, feministas, racistas, clasistas, egoístas, sexistas o generosos, cariñosos, curiosos, chistosos, hermosos, fabulosos, graciosos.
Somos personas y, por tanto, podemos decidir qué de todo esto queremos ser.
Depende de ti. Depende de él. Depende de ella. Depende de nosotros.Esto es vivir señores.
Vive.La Grusky
-
“ŻEBY BYĆ” / “SER”
(en español abajo)
Żeby być
Lecę i myślę. U jednych za bardzo na lewo, u drugich na prawo. Za jednym oceanem budują mur, za drugim majstrują przy bombach. Bratanki szaleją, sąsiedzi przykręcają kurki. Wszyscy się czegoś boją, więc do czegoś chcą przynależeć. Muszą być za kimś, a przede wszystkim przeciwko komuś. Bo w kupie siła. Ja jednak myślę, że często w kupie jest poprostu kupa. A drzewa nie pozwalają nam zobaczyć lasu.
Jesteśmy niezwykle skupieni na tym co wszyscy inni, którzy nie są nami, robią źle, bo nie robią tak jak my, bo nie są nami i nie myślą tak jak my. No bo nie są nami.
Jesteśmy tak niezwykle skupieni na wszystkim tym ludzkim i nie za fajnym, co już było przed nami i będzie po nas, że zapominamy o jednej dosyć ważnej sprawie. Żeby być. Żeby być dziś, dla kogoś i po coś. Żeby indywidualnie i jakościowo przeżyć te nasze 5 minut od Boga. I nie zapomnieć, że jest nasze. Że, według tego w co wierzymy, nasze życie to najczystszy dar od Boga dla mnie. Od Boga dla Mnie. Wiec dopóki nie naruszam praw i uczuć drugiego, nie ma to absolutnie żadnego znaczenia czy paniom z koła gospodyń wiejskich podoba się jak pani Krysia ubiera się do kościoła lub że nie umie gotować rosołu. Zaczyna mieć znaczenie jedynie wtedy, kiedy pani Krysia zmienia ubranie tylko po to, żeby podobać się paniom z koła gospodyń wiejskich, zamiast sobie.
Kiedy szukamy akceptacji wszystkich, umieramy w akcie. Z wykończenia obserwowaniem. I nadciśnienia.Szukamy odpowiedzialnych za nasz los wszędzie tylko nie w nas samych. Nadajemy wagę błachym sprawom, które jej nie mają. A przecież nasze indiwidualne istnienie w dziewięćdziesięciu dziewięciu procentach, nie ma żadnego znaczenia dla ludzkości. Nasze istnienie ma znaczenie dla NAS i garstki najbliższych nam osób. A nierzadko spędzamy więcej czasu analizując spadające ceny rynkowe tuńczyka w Sewastopolu i opinie sąsiada, niż to co naprawdę czujemy, chcemy, myślimy. Niż to, kim chcemy być przez te 5 minut naszego insteniania. Jakim chcemy być ojcem, córką, babcią, bratem, przyjacielem, współpreacownikiem, partnerem. Jakim chcemy być człowiekiem dla tego kogoś, z kim musimy być całe życie- dla nas samych. Niełatwo odpowiedzieć ale chyba warto.
Żeby nam się nie zdażyło, że jak przyjdzie nam skończyć, okaże się, że nie żyliśmy naszego życia, tylko jakieś inne. Żeby nam się nie zdażyło.
Żeby być naprawdę.
Ser
Cuanto más viajo, más pienso que la historia de ser humano pone en evidencia un hecho: no nos gusta aprender del pasado. Cambian los tiempos y los paisajes, pero nosotros seguimos en nuestra línea, la de complicar las cosas sencillas de la vida.
En el lado de un océano construyen un muro, y, en el lado de otro, juguetean con las bombas. Todos tienen miedo de algo y se juntan en grupos. Necesitan sentir que están con alguien, o, más bien y, sobre todo, contra alguien. Porque “en la masa hay fuerza”. Yo, sin embargo, pienso que muchas veces en la masa solamente hay… masa. Y los árboles nos impiden ver el bosque.Estamos sumamente concentrados en todo aquello que los demás hacen mal porque no lo hacen como nosotros y no piensan como nosotros, porque no son nosotros.
Estamos sumamente enfocados en todo eso TAN humano y NO tan bonito, que ya pasaba antes y seguirá pasando que nos olvidamos de dos cosas muy importantes: “Ser” y “Estar”. De ser dónde estamos y estar dónde somos, hoy, para alguien y para algo. Nos olvidamos de vivir los 5 minutos de regalo que nos ha dado la vida. Nos olvidamos de que la vida realmente es un regalo del que lo ha creado todo, le llamemos Dios, Alá o Naturaleza. Un regalo del Creador a Mí. A MÍ. Por lo tanto, mientras no invadamos derechos de los demás, no tiene absolutamente ninguna importancia que a tu compañero de al lado no le guste tú forma de vestir, o con quien tomas las cervezas, o que tu suegra esté descontenta porque no sabes hacer el arroz caldero. Empieza a tenerla cuando empiezas a cambiar tus formas de ser para satisfacer a tus compañeros o a tu suegra.
Si en la vida buscamos la aceptación de todos, moriremos en el intento. Por agotamiento de observar tanto. Y por la frustración que nos traerá esa práctica.Buscamos a los responsables de nuestras vidas en todos menos en nosotros mismos. Le damos un peso enorme a cosas que no lo tienen, como si no nos hubiéramos dado cuenta todavía que nuestra existencia, para quién es verdaderamente importante es para nosotros mismos y para aquellas personas que nos van a acompañar incondicionalmente durante el camino. Pero, por alguna razón extraña, frecuentemente le damos más importancia a la caída del precio del atún en Sebastopol que a lo que realmente sentimos, queremos, pensamos y quién queremos ser durante estos 5 minutos de nuestra existencia. Qué tipo de padre, hija, abuela, hermano, amigo, compañero, pareja. Quién queremos ser para la persona con la que tenemos que vivir toda la vida, es decir, quién queremos ser para nosotros mismos. Tal vez es difícil de responder, pero merece la pena hacerse la pregunta.
Como ha dicho una vez un sabio, no vaya ser que cuando estemos por morir, nos demos cuenta que no hemos vivido…
A vivir señores, a vivir.
-
Szczęście jest proste, czyli samolotowe przemyślenia sylwestrowe.
Siedem świątecznych wyjątkowych dni na wagę złota dobiegło końca. Ta magia świąt, czy poprostu magia domu, z każdym rokiem ma dla mnie coraz większą wartość. Im więcej przewija mi się przeróżnych historii ludzkich tym bardziej czuję się szczęściarą, że mam to miejsce gdzie mogę wrócić i bezkarnie być dzieckiem. Poleżeć trzema pokoleniami w ciasnym łóżku, poprzytulać się, porecholić, wyjeść poświąteczny sernik z blachy i dostać burę, wylizać palcem miskę razem z czterolatką, mieć rano zrobioną herbatę, czekać na prezent, dostać rysowaną laurkę, połazić z tatą po lesie, spotkać trzy sarenki, wytrzeć nos rękawem, pogapić się, nie włączać komputera, nie sprawdzać maili, codziennie oglądać film bez cienia poczucia, że powinnam robić coś innego, bo to jest właśnie to, co powinnam robić. Pożyć przez chwilę tak pięknie powoli.
Choć ciężko nam nie żegnać się z zaciśniętym gardłem, jak to dobrze, że można się tak witać i żegnać, śmiać i trochę nawet popłakać jak trzeba, planować gdzie się teraz spotkamy, co fajnego porobimy, tęsknić sobie, marzyć, myśleć, przemyśleć, przewartościować. Czasem to trochę “przerąbane” chcieć tak być wszędzie, ale… ale jakie to szczęście mieć tyle szczęścia co ja. Jakie to szczęście kochać i być kochanym. Jakie to szczęście, że się chce. I, że się chce tak bardzo. I właśnie jak się nam w życiu chce to na drugi plan schodzi czy to trzy tysiące kilometrów czy trzysta. A jak się nie chcę to i trzy robią się jakieś takie za długie albo nie po drodze.
Na nowy rok pożyczę Tobie, który czytasz, i sobie.
Niech nam się w tym nowym roku chce. Niech nam się chce mądrze wykorzystywać i dzielić ten cenny czas między swoich i siebie, dzwonić częściej do babci, składać życzenia urodzinowe, ruszać się, doczytywć książki do końca, sięgać po informacje z różnych źródeł, wyrabiać opinię własną, a nie opinię innych, regularnie spisywać myśli, uśmiechać się w kolejce, mówić miłe rzeczy, doceniać, robić wysiłek stawiania się w sytuacji drugiego, odwiedzać starych znajomych, i tych bardzo starych. Niech nam się chce rozmawiać naprawdę i “tak jak kiedyś”.
Bo tak jak kiedyś jest dziś, jeśli tylko dziś nam się chce tak jak kiedyś. Niech nam się chce.
la Gruszka.
-
Atreverse a deshacerse
¡Tachan! Mi tercera mudanza española se acaba de cumplir! Uff y uff. Echaré de menos algunos rincones de mi casa. No sé si mas por la casa o mas por el tiempo que dediqué para hacerla verdaderamente mía. O por los zapatos que me servían de martillo cuando estaba montando todos los muebles, y también por las charlas en esa ventana con la cerveza bien fría, y por los panaderos de abajo, y… y ya está. Cerramos la puerta. En un mes lo vendí todo menos mi apellido (solamente porque es demasiado difícil como para venderlo por wallapop 😉 ) y me mudé a un espacio mucho más reducido y sin ningún lastre (quien prefiere- sin bienes).Dejé la bici, la radio y la mesa que la hemos hecho juntas con mi madre. Y, ¿sabes qué? Eso está genial. Te reinicias. No son decisiones fáciles y casi nadie las toma porque sí. Por inercia tenemos mucho apegue a los trastos y queremos vivir lo que ya es conocido. ¿Reflexión? Ojalá lo hiciéramos más. Atreverse a deshacerse. Y luego que te juzguen si quieren. Que sí, que no pasa nada. Tanto nos preocupamos por aparentar y por el “que dirán” como si eso cambiaría de quien nos enamoramos y que chistes nos hacen reír. Afortunadamente no. Aparentar no sirve. Ni para ser más super princesa ni más macho ibérico. Simplemente no sirve.
A mí me emociona la gente que, más que cualquier otra cosa, tiene vida en su vida, los que tienen historias que contar, los que no paran pero siempre tienen tiempo para todo y no se molan. Los que tienen nuevas ilusiones y planes, los que son fieles a sus valores y sus obligaciones, arriesgándose a no recibir nada a cambio. La gente que no vive a medias, y que vive su vida, no la que los demás le dicen que viva. Y que nunca me falten ejemplos a seguir y que siempre estén cerca. Eso es vivir señores. Y hay que vivirlo todo.
¿Y esa puerta? La siguiente por abrir. A ver que trae…
La Grusky
-
Hej. Mam 30 lat. Wracam do domu.
Samolotowe refleksje z podróży Polska- Hiszpania. Wrzesień 2018.
Wracam. Gdzie? Do domu, do mojego miejsca, do moich ludzi. Skąd? Z mojego domu, mojego miejsca, od moich ludzi. Zatem o co tu chodzi Kaśka? Nie wiesz gdzie twoje miejsce? Nie wiesz gdzie przynależysz? Którzy to ci naprawdę twoi ludzie?
A tu ta rycząca trzydziestka na karku… Może nie jesteś spełniona? A może nie jesteś szczęśliwa? No jaka szczęśliwa, panie drogi, jak mieszania na własność brak no i tego męża nie ma, cholera jasna!A może właśnie jestem? A może jestem nawet bardziej? To naprawdę piękne uczucie, czuć się tak dobrze w tylu miejscach, czuć że masz tak wielu ludzi których kochasz i którzy ciebie kochają i cenią. Ludzie z różnych krajów, kultur, kontekstów wspólnego obcowania i, przede wszystkim, etapów ciebie samego. To naprawdę piękne uczucie czuć, że żyjesz. Może tak naprawdę to pozwalam sobie na trochę więcej szczęścia niż jest przewidziane w instrukcji obsługi życia, rozdziale 14? Ciotka Kryśka myśli, że zgłupiałam bo nigdy nie przyszło jej do głowy wyjść poza instrukcję, nawet po czterech nalewkach wiśniowych, a przecież zegar tyka wszystkim, wiadomka. Kochanej babci wyraźnie ulżyło kiedy ją uświadomiłam, że na dzisiejsze czasy to jestem całkiem młoda i wciąż przebieram w chłopakach. Była niezmiernie pocieszona tym, że „ nie wszystko stracone” i, że oprócz pomagania w tej dzikiej Afryce to jeszcze coś dla siebie też może zrobię (no chyba jakieś dziecko albo coś). Więc ja się cieszę razem z nią. Cieszę się i myślę… ileż to nieszczęścia przyniósł ten pośpiech. Podczas gdy spełniacze oczekiwań społecznych i ofiary paraliżującego lęku o to, że nastepny pociąg już nie przyjedzie, wypełniają kozetki poradni i sale sądowe, ja każdego dnia budzę się coraz szczęśliwsza, pogodniejsza, świadoma siebie, kochająca i wdzięczna za wszystko co mam. A mam tak wiele, że jak o tym myślę, ściska mnie w gardłe.
Mam 30 lat. Nie mam mieszkania na własność, dobrze ustawionego narzeczonego, dziecka ani nawet psa. Mam za to dwie łyse opony w seacie, piękny widok z okna, rozwijającą pracę, głowę pełną pięknych projektów i planów i całe mnóstwo bezcennych emocji, które dostarcza mi luksus zwany życiem. Mam rodzinę, którą wygrałam chyba na loterii. Z każdym dniem coraz bardziej uświadamiam sobie jak wielką robotę robią, jak zawsze bez hałasu. Pewnie nie zdają sobie sprawy z tego jak bardzo są mi przykładem w tak wielu kwestiach, z daleka i z bliska. Mam przyjaciół, którzy, najprościej i najpiękniej, zawsze tam są. Z niektórymi nie rozmawiamy wystarczająco często. A mimo to są i będą. A ja wiem to. Jak gwiazdy.
To, co mam, przeznaczam na podróże, pomaganie komu mogę i pielęgnowanie chwil z tymi, którzy są warci wszystkiego. Kroczek po kroczku, krok po kroku, zbliżam się do celów, które sobie stawiam, a stawiam je bez przerwy. Od nikogo nie wymagam i na nikogo się nie denerwuję, bo biorę odpowiedzialność za wszystko co mi się w życiu przytrafia i za to jak ono aktualnie wygląda. Za to co dobre i za to co mogłoby być lepsze.
I czuję, że dzięki temu jeszcze sporo osiągnę i jeszcze nieraz sporo się u mnie pozmienia. I, jeżeli Bóg nie ma dla mnie jakichś wyjątkowo trudnych wyzwań, to chyba jestem skazana na bycie szczęśliwą.Wielkości i szczęścia człowieka nie mierzy się tym jak bardzo usatysfakcjonowani są nim inni, ani tym co myślą o nim ludzie, których tak naprawdę nie obchodzi, ani też metrażem domu jego małżonka, a raczej tym czy dobrze umiał kochać siebie i innych. Może w pierwszej chwili brzmi to trochę banalnie i zbyt prosto, ale ma w sobie bardzo dużo treści. Wystarczająco już książek zostało napisanych przez ludzi, którzy pojęli to zbyt późno, żebyśmy i my musieli tyle czekać na zrozumienie tej najprawdziwszej dla mnie prawdy o życiu. O tym naszym życiu, które dostaliśmy na chwilę i musimy je przeżyć najlepiej jak umiemy. Najlepiej to nie zawsze znaczy według instrukcji obsługi. Przynajmniej nie dla mnie.
Czeka mnie ciekawy rok trzydziestolatki. Ciotka Kryśka się ucieszy. Albo i nie. No cóż, chyba będę musiała to przeżyć :).
la Gruszka.
-
‘1000 days abroad’ reflections
This weekend I celebrate my three years since I first arrived to Spain for a living. I feel like it was yesterday when I lost the way to the office three times before I got there on the second day, and the green and nervious I was. I also feel like I have never spent so much time in one place, apart from home. And this is a good reason to make an exercise to think over those exactly 1097 days. 1097 in a glimpse of an eye!
Here we go! New chapter. Gruszka is moving again. New country, new life, new people, new culture, new language. The sea of new observations. That’s what most she likes.
I am a careful observer. However still I need to watch pictures to truly realize how much the life around me is changing. I’ve watched hundreds of pictures today and I smiled few more hundreds. Because there are people, cities, houses, dishes, coffees, smells… those most important that are always the same. There is an untold magic in the simplest moments and pleasures with those people who never change, that it sometimes squeezes your throat of the magic you feel. This is what I call happiness. And luck. And this is what deserves any effort to be well cultivated, no matter where you are.
So along years you keep adding those special people and moments to your “first-class box” and trying to take care of them in the way life lets you to do so. And then you discover why you feel that you are constantly changing. It’s because, in fact, you are not made of yourself. You are made of the little pieces of those people and what you have learnt from them. You are made of their histories, of your histories, new sensations and new passions. And also of those not such a good friends, not such a legal landlords and not such a beautiful love stories. I try not to misprice them ever. Those are the best life teachers and they are all part of who I am.
If you want to live an intensive life, with your name and surname on it, you need to be ready to receive all type of situations with the arms wide open.
Sometimes I need to cry out the river first to realize once again that it’s good if it’s not so easy and that, at the end of the day, the things depend on me. So then I smile, or even laugh over myself, and make a little step. Little step towards being a bit more patient.Nevertheless what brought me up to here are the constant curiosity and the abundance of emotions, hopes and dreams I have inside, and the desire for more, for unknown.
I am not scared of new, of making suitcases. I am not that type of person who likes to be too comfortable. Don’t ask me why. It’s just those butterflies in your stomach that makes you not to look back once you make a decision.1097 days. In front of my window the same palm tree is waving to me. I feel that we are both happy and kind of friends. But she can’t move. So I keep bringing her new stories, as friends do. Because I can. And because life is for a living.
la Grusky.
-
Hoy corrí en casa
4 de Marzo 2018. Media maratón de Cartagena. Un día muy especial y significativo en la vida de la Grusky.
Son fechas muy especiales porque representan importantes giros en mi vida.
Hace tres años a estas alturas del año conseguí trabajo en España y 3 semanas más tarde llegué a Cartagena con la maleta llena de incertidumbres y miedos, dejando la vida londinense atrás, casi de la noche a la mañana. A todo eso, hablando poco español y todavía menos murciano. Pasé la primera prueba de fuego.
Hace dos años, asistí por primera vez en una carrera de fondo como público. Vine a animar un compañero y su familia en la Media maratón de Cartagena. Ese día me marcó. Me marcó y me encendió la luz y me convenció de que se puede. Que se puede mucho más de lo que estamos acostumbrados y que todo depende de nosotros. Que, aunque el sufrimiento ennoblece y enseña mucho, la vida no es para sufrir por sufrir. Y que tener la valentía de saltar a tiempo a pesar del miedo, nos puede salvar la vida. Y salté.
Ese mismo mes cambié de puesto de trabajo y giré mi vida personal al revés. Me quedé en un país extranjero, en teoría más sola pero curiosamente, en realidad, más acompañada que nunca.
Un año más tarde, me presenté a la misma prueba deportiva que el año anterior pero ésta vez con el dorsal puesto, con muchas emociones y muy bonitas, guiadas por un pensamiento muy fuerte. Ese de que siempre sale bien.
Hoy. 4 de marzo 2018. Mi cuarta media maratón. La primera sin mirar a los talones de mi compañero de este viaje deportivo, mi primo, mi “padre adoptivo” (según los gustos), mi gran amigo, Vicente. El objetivo de bajar de dos horas conseguido. Es más, quedé séptima en mi categoría 🙂 .
Pero hay algo mucho más importante que eso. Hoy por primera vez corrí en casa.
Hoy me he cruzado con muchos amigos y conocidos, más o menos cercanos, y todos ellos me llamaban por mi nombre. ¿Ese nombre raro polaco que al principio nadie se acuerda de ello? Ese mismo. Hoy también comí con mi familia. La familia de esas de verdad. Hay momentos que no tienen precio en la vida. Hoy es uno de ellos. Porque hoy corrí en casa. Y porque hoy comí con mi familia.la Grusky